Ya sea en casa o practicando algún deporte, todos hemos sufrido alguna vez un golpe que derivó en un hematoma. En función de la gravedad de esta contusión, pueden aparecer diferentes síntomas y muchas veces es necesario iniciar un tratamiento para recuperar la movilidad corriente. A continuación, te contaremos todo sobre este daño que sufre nuestra piel.
¿Qué es una contusión?
Según la Real Academia Española, una contusión es el daño que recibe alguna parte del cuerpo por golpe que no causa herida exterior. En términos clínicos, la contusión es una lesión física de tejido que genera un hematoma (equimosis) sin ruptura de la piel.
Las contusiones en el cuerpo son causadas por golpes (directos o repetidos) contra una superficie dura. La gravedad de las mismas estará determinada por la fuerza del golpe y de esto dependerá el daño que se genere en el organismo.
En el caso de las contusiones más simples, únicamente superficiales, tardan en curar aproximadamente una semana. En cambio, una contusión fuerte puede tardar en curar semanas e incluso meses. De todas maneras, debido a que es una lesión cerrada, la misma no presenta riesgos de contaminación externa o infección.
Tipos de contusiones
Si bien se habla de contusiones musculares, debemos tener en cuenta que este daño también puede afectar a otros órganos y/o a los huesos. En estos términos, podemos diferenciar cuatro tipos de contusiones según la severidad y el peligro de lesión:
- Contusión simple: es ligera, enrojece la piel levemente y no produce grandes daños. El individuo puede sentir un dolor leve inmediato y el hematoma se cura en apenas unos días.
- Contusión de primer grado: la equimosis cutánea es algo mayor y enrojece un poco más la piel respecto a una contusión simple ya que se rompen mayores vasos sanguíneos en la zona afectada.
- Contusión de segundo grado: en este caso no solo se enrojece más la piel sino que también puede aparecer una inflamación a causa del exceso de líquido que genera un bulto duro (extravasación), lo que produce un dolor más fuerte.
- Contusión de tercer grado: los vasos sanguíneos sufren daños más profundos y por ende puede afectar a los órganos internos y/o a los huesos. Las contusiones de tercer grado son típicas de accidentes de tránsito.
Principales síntomas de una contusión
Los principales síntomas de una contusión muscular son:
- Dolor en la zona afectada
- Enrojecimiento en la parte de la piel que recibió el golpe
- Inflamación (o bulto) generada por extravasación sanguínea
- Hematoma por la rotura de los vasos sanguíneos.
Zonas del cuerpo son más propensas a sufrir contusiones
Hay algunas partes del cuerpo que son más propensas a sufrir contusiones que otras. Las rodillas, por ejemplo, son prominentes y están poco protegidas, por lo que es fácil impactarlas. Lo mismo sucede con las manos, que sirven de apoyo cuando estamos por sufrir una caída. En el caso de los niños, golpearse la cabeza es común ya que la misma tiene mayor peso respecto al resto del cuerpo, lo que genera desestabilidad.
Aunque cualquier parte de nuestro cuerpo puede sufrir una contusión en cualquier circunstancia, no hay duda de que las contusiones musculares más frecuentes se dan en las rodillas, las manos y la cabeza. A su vez, hay factores como la edad, la fuerza o la presencia de enfermedades que pueden ser determinantes para la aparición y/o sanación de un hematoma.
Otro de los factores que son causantes de contusiones en zonas puntuales del cuerpo es la práctica de deportiva, principalmente los de contacto. Las contusiones en deportistas son la principal causa de lesiones, seguido de las distensiones musculares.
En el caso de los futbolistas, la mayoría de las contusiones se dan en los tobillos, rodillas y en el resto de las piernas. A su vez, los boxeadores son más propensos a sufrir hematomas en la cara y en las manos. Por su parte, las lesiones en el rugby por contusión son más comunes en la extremidad superior.
Consejos para aliviar los síntomas de las contusiones
Antes de aprender a aliviar los síntomas, primero debemos tomar los recaudos necesarios y aprender cómo evitar la aparición de contusiones. Utilizar equipamiento en la práctica del deporte como espinilleras, rodilleras o casco, o poner protección en las esquinas de las mesas en casas donde hay niños, puede ahorrarnos un gran problema.
De todas maneras, los golpes siempre pueden suceder y en esos casos (salvo los más leves), lo mejor es iniciar un tratamiento. En el caso de contusiones simples, no es tan necesario tratarlas ya que el organismo humano por sí mismo hará que el hematoma desaparezca en cuestión de días.
Pero si el enrojecimiento es un poco mayor y hay presencia de un dolor leve, se puede emplear un tratamiento para aliviar contusiones a través de la aplicación de hielo o compresas frías para mejorar la inflamación. También es recomendable hacer reposo de la zona hasta que la herida termine de curar.
En casos más extremos, cuando la contusión es generada por un golpe fuerte y genera un hematoma mayor (contusiones de tercer y cuarto grado), lo recomendable esa acudir a un especialista para que pueda hacer un diagnóstico clínico e indicar el tratamiento más adecuado. Ya que estos golpes pueden afectar a los órganos y/o a los huesos, algunos pacientes con contusiones pueden precisar medicamentos, fisioterapia e incluso una intervención quirúrgica.
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